sábado, 26 de abril de 2008

Autumn leaves

Me enamoré.

Del otoño, de este clima que coquetea entre el frío del invierno y el calor del verano que está dando sus últimos rezongos antes de mudarse al otro lado del mundo. Me enamoré de las dos frazadas con las que me tapo a la noche. Me enamoré de las hojitas secas que alfombran las veredas, y de las que tan fotográficamente bajan bailando su camino desde la copa de los árboles hasta la punta de mis zapatos. Me enamoré de ese disco de Norah Jones que cada vez que suena en días como éste, me arranca de la monotonía de la realidad y me transporta sin pagar pasaje a un paraje completamente cinematográfico. Me enamoré del aroma del café con leche calentito al lado de la ventana viendo cómo cae el sol y el cielo se tiñe de colores que ninguna paleta puede imitar. Me enamoré del sillón tibio en el living. Me enamoré del piso calentito por la mañana. Me enamoré del nuevo sonido que mis pies aprendieron a hacer al caminar por las veredas de mi barrio. Me enamoré del Rey Sol bajando a paso cansino de su trono celeste mientras sus últimos rayos atraviesan tímidos el parabrisas de mi auto. Me enamoré de la fragancia del aire en la mañana. Me enamoré de la paz y la pachorra que inundan días como éstos.


Pena que este idilio tenga fecha de vencimiento.-

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